ESTA BACTERIA que veis aquí se conoce como "litobacter mycota". Hace apenas un año que fue descubierta y ESTÁ A PUNTO DE CAMBIAR EL MUNDO TAL Y COMO LO ENTENDEMOS.
En este #HILO os explico por qué.
Aunque la "litobacter mycota" lleva miles de millones de años en nuestro planeta, nunca había tenido contacto con los seres humanos... hasta que llegó al mar a causa del deshielo del Ártico.
Esta bacteria fue aislada siguiendo los protocolos habituales en estos casos. Había que evaluar si era dañina para las personas, o capaz de alterar nuestro ecosistema. Esta mujer, de nombre Jessie Lahn, analizó el ADN del microorganismo en cuestión y... 🥴🥴😲😲😵😵😵
... llegó a la conclusión de que esa secuencia genética no se parecía a NINGUNA criatura viva del planeta Tierra. Desconcertante, ¿verdad? Pues ESTO ES SOLO EL PRINCIPIO.
La siguiente sorpresa llegó cuando la doctora Lahn empezó a estudiar en la bacteria esos genes que hasta hace poco conocíamos como "ADN basura". En la actualidad sabemos que eso que llamábamos "basura" contiene en realidad información realmente interesante.
Lo que llamó su atención fue que la secuencia de ese "ADN basura" estaba estructurada en base a repeticiones periódicas y patrones matemáticos que, según Lahn "sugerían un código de diseño artificial".
En un artículo de la revista Nature describió ese presunto código como "una microscópica partitura musical" e incluso llegó a compararlo con el sistema de la Cábala.
¿Se trata de un mensaje? ¿De quién? ¿Para decir qué? ¿Y qué demonios hace dentro de un puto microbio?
En las aguas donde la "litobacter mycota" fue encontrada abundaban ciertos minerales que suelen hallarse en meteoritos. Eso, unido a que en las inmediaciones se detectaron vestigios de varios cráteres, nos lleva a una hipótesis descabellada.
¿Procede este bicho del espacio?
Aquí entra en juego esta otra señorita: Cinthia Werner, catedrática de Matemáticas de la universidad de Harvard.
Tras meses de dar palos de ciego, la doctora Lahn, consultó a Cinthia acerca de "el código". Lo que Werner sugirió, pone los pelos de punta.
Según la matemática (que ni siquiera fue informada de que la secuencia procedía de un ser vivo) aquello podían ser COORDENADAS espaciales.
Pero...
... NO ERAN COORDENADAS TERRESTRES. Si aquella señal codificada estaba señalando algo, había que buscarlo EN EL CIELO.
Lo cierto es que nadie tomó demasiado en serio esa hipótesis...
... hasta que a alguien se le ocurrió trazar esas coordenadas en el mapa estelar...
... y comprobó que HABÍA UNA ESTRELLA justo en ese lugar.
Y NO CUALQUIER ESTRELLA.
El 95% del espacio exterior consiste en negrura. Las posibilidades de apuntar a un lugar al azar y encontrar un objeto son ínfimas.
Sin embargo, el ADN basura de una bacteria antediluviana, "traducido" a coordenadas, correspondía a la estrella KIK 8462863.
La estrella KIK 8462863 podría saltar a la fama cualquier día de estos ya que, aunque aún no se haya podido confirmar, se sospecha que contiene varios exoplanetas, algunos de los cuáles podrían ser aptos para albergar vida.
Por desgracia a día de hoy no disponemos de la tecnología necesaria para recorrer los 4,5 años luz que nos separan de esa estrella.
Por otra parte, nuestro organismo no soportaría la exposición a los rayos cósmicos y la privación de la fuerza gravitatoria que supondría el viaje.
ASÍ QUE, DE MOMENTO, REGRESEMOS AL PLANETA TIERRA...
... donde un puñado de biólogos estudia la "litobacter mycota" preguntándose qué efecto tendría introducir dicho microorganismo en el cuerpo de un ser humano.
Como es ilegal hacer esa clase de experimentos con humanos, probaron la bacteria en el cuerpecito de Arthur.
Arthur, como podéis ver en la foto, es un mono. Y muy mono.
Seis días después de que la litobacter entrase en el cuerpo de Arthur, el mono comenzó a sufrir mutaciones asombrosas: Su estructura celular fue transformándose, haciendo su organismo más resistente a los rayos cósmicos, a la gravedad cero y, en definitiva, AL VIAJE INTERESTELAR.
Los hijos de Arthur han heredado esas mutaciones.
Y AHÍ LLEGA LA PREGUNTA QUE NOS DA MIEDO FORMULAR:
¿Acaso alguna civilización extraterrestre, hace millones de años, envió meteoritos a otros planetas con una tarjeta de visita en la que figura su dirección?
¿Una información codificada de tal modo que SOLAMENTE CUANDO FUÉSEMOS SUFICIENTEMENTE CIVILIZADOS seríamos capaces de descifrarla?
¿Y al mismo tiempo, un elixir para adaptar nuestra genética a la epopeya que implicaría llegar hasta ellos?
Como decíamos más arriba, los experimentos con humanos son ilegales, así que EN TEORÍA, nadie ha inoculado esta bacteria en el organismo de ninguna persona.
Sin embargo, a raíz de los recientes (y misteriosos) asesinatos de ex agentes de la KGB, salieron a relucir ciertos documentos que hacen pensar que ESTE SEÑOR DE LA FOTO está buscando otra muestra de "litobarter mycota" en el Ártico... para probarla en humanos.
Y yo me pregunto: ¿Si Putin inicia esa carrera... Estados Unidos permitirá que el ruso les tome la delantera?
Para que @alex_riveiro pueda dormir tranquilo, os aclaro que lo que he escrito aquí es ficción. Creo que basta con leer los comentarios al hilo para dejarlo claro. Esto es como terminar una película incluyendo las tomas falsas. A veces mitiga el hechizo, pero bueno.
Y CONTINÚA AQUÍ:
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