Hace poco creció esta cosa en uno de los parterres de mi patio.
Nadie la había plantado.
Al principio @epalomaress y yo creímos que era una mala hierba como cualquier otra.
Empezamos a mosquearnos cuando, en sólo dos días, alcanzó este tamaño.
Entonces supe que esa planta, que no aparecía en los manuales de botánica, iba a merecer un #HILO.
Durante el siguiente paseo que me di por el barrio abrí bien los ojos y comprobé que esa "mala hierba" crecía por todos los rincones.
Poco después me fui de vacaciones a Granada. Pegué un respingo al comprobar que allí también había aparecido por todas partes.
Pregunté a mis familiares granadinos. Nadie sabía qué planta era aquella.
Movilicé a muchos de mis amigos: A los que viven en otras ciudades y a los que están de vacaciones en otros países.
Me enviaron fotos que no dejaban lugar a dudas:
La misma planta estaba creciendo EN TODAS PARTES, medrando en distintos climas, en distintas latitudes.
En todos los hábitats crece a ritmo vertiginoso, según me cuentan.
Nada más regresar a Madrid corté una muestra del ejemplar de mi patio (que había seguido creciendo en nuestra ausencia) y se lo envié a mi amiga Cova:
La bióloga del grupo.
Tras analizar la muestra, Cova creyó que le estaba gastando una broma...
... porque aquello NO estaba hecho de materia orgánica.
Imaginad mi cara cuando leí su mail.
Tuve que jurarle y perjurarle a Cova para que comprendiese que hablaba en serio.
Tuve incluso que insistirle para que se diese un paseo por la ciudad y contemplase esas plantas con sus propios ojos.
Se parecen mucho a una especie de plantas real, pero crecen MUCHO más rápido.
La pobre entró en shock y empezó a intercambiar mails con expertos de otras universidades.
¿Qué engendro era aquél, que estaba fabricado con material inorgánica pero crecía y se comportaba como una planta de verdad?
Nadie supo responderle hasta que contactó con el genetista Richard Millerson, de la Universidad de Pleanville.
Millerson, en colaboración con el informático Bob Cawey, ha estado analizando esta "criatura" que han bautizado como "flanke" (un término que mezcla las palabras "fake" y "plant")
Flanke: Fake + Plant. Planta de mentira.
Lo primero que llamó la atención de estos dos investigadores fue la manera en que la flanke crecía fabricando "células falsas" o "fricks"
(fake bricks: ladrillos de mentira)
Multiplican materia inorgánica de un modo similar a las impresoras 3D.
Cada frick es un poliedro con "inyectores" capaces de "imprimir" otros fricks a su alrededor.
Y esos fricks, a su vez, son creados con los dispositivos internos necesarios para imprimir más como él.
El siguiente paso fue acceder a "código genético" del flanke. Al tratarse de una construcción inorgánica, Cowey dedujo que estaban más bien ANTE UN CÓDIGO DE PROGRAMACIÓN.
Diseñó un interface que interpretaba los impulsos eléctricos que detectó en la planta, traduciéndolos a ceros y unos que podían leerse en un ordenador.
Tras analizar la "programación" de las flanke, Cowey y Millerson palidecieron.
Estas plantas de mentira están diseñadas para alterar la composición química de nuestra atmósfera.
Algo similar a lo que nosotros, los humanos, pretendemos cuando hablamos de "terraformar" Marte o cualquier otro planeta (o satélite)
Llamamos "terraformación" a ese proceso que consiste en alterar la atmósfera y otras características de un lugar, para adaptarlo a los requisitos de la vida humana.
La hipótesis (quizá descabellada) que proponen Cowey y Millerson es que "alguien" está sembrando nuestro planeta de "flankes" con la intención de hacerlo más habitable para una forma de vida... distinta de la humana.
Las "hojas" de este falso vegetal disponen de unos orificios casi microscópicos que absorben las moléculas de oxígeno del aire y las emiten convertidas en ozono.
También liberan cantidades anormales de nitrógeno.
Aún no sabemos cómo demonios lo sintetizan.
Lo que sí sabemos (o intuimos) es el propósito de la cara superior de las hojas y el del tallo.
Las caras superiores de las hojas son sensores.
Los tallos son antenas.
Cowey y Millerson han logrado decodificar varias señales emitidas periódicamente desde distintos tallos de distintas flankes.
Se trata de señales que comprimen información relevante sobre la composición de nuestra atmósfera y la envían hacia unas coordenadas concretas del espacio exterior.
Cualquiera con un mínimo de sentido común llegaría a una conclusión inevitable:
Alguien, desde esas coordenadas, ha enviado las flankes y monitoriza su funcionamiento.
Cuando se comprobó si existía algún cuerpo celeste en esas coordenadas, hizo acto de presencia una vieja amiga mía:
La estrella KIK 8462863...
... de la que ya os hablé en este otro #HILO:
... y de la cuál os tuve que volver a hablar en este otro:
¿Hay alguien interesado en adaptar nuestro planeta a sus condiciones de vida?
Cuando indagué en esta otra historia ya empecé a sospechar que hay personas (o entidades) preparando la llegada de "alguien" o "algo" a nuestro mundo.
Se trata de algo que ya deduje cuando investigué las cosas que os retransmití en este #HILO:
Y que volvieron a hacerme reflexionar tras los acontecimientos que os relaté AQUÍ:
¿No sentís que últimamente, cuando respiráis, el aire es como una droga poderosa?
¿No os notáis más animados, más activos, como si tuviéseis más energía, en general?
¿No habéis notado que las heridas cicatrizan más rápido?
Según un estudio de Greenpeace, la contaminación de la Tierra ha disminuído de manera imprevista, inexplicable... durante las últimas semanas.
Nadie sabe si saltar de alegría o temblar de miedo, pero todo parece indicar que se avecina un cambio.
Ayer estaba resuelto a arrancar esa planta desconocida de mi patio. Hoy no estoy tan seguro. Creo que, de momento, voy a dejarla ahí.
Quiero ver hasta dónde puede crecer.
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