¿Cuál es el hilo que une una revista satírica francesa, unas marionetas, un bar de Altsasu, un chiste de Carrero Blanco y la persecución contra los CDR?
El 9 de enero de 2015, mueren doce personas en un atentado yihadista contra la revista Charlie Hebdo en París.
El atentado de París adquiere gran relevancia mediática y se desata en Europa una ola de indignación bajo el lema #JeSuisCharlie.
Es enero de 2015 y la gran coalición PP-PSOE está en caída libre, de modo que salta la oportunidad de recurrir a la doctrina del shock para recuperar posiciones.
El 2 de febrero de 2015, en pleno pánico mundial por la masacre de Charlie Hebdo, Rajoy y Sánchez firman una alianza express a la que llaman "pacto antiyihadista".
En marzo de 2015 se publica en el BOE la reforma más radical del Código Penal desde 1995 dentro de la peor tradición del populismo punitivo.
La reforma del Código Penal no solo introduce la cadena perpetua, sino que también modifica algunos artículos esenciales como el relativo al "enaltecimiento del terrorismo".
¿Para qué ha servido la reforma del artículo 578? Para detener a titiriteros, encarcelar a raperos y perseguir tuits y chistes de Carrero Blanco.
Apenas un año después de la firma del "pacto antiyihadista", los resultados de la reforma ya son visibles.
Pero la reforma de 2015 recoge una modificación aún más peligrosa: el Código Penal tiene ahora una nueva definición del delito de terrorismo.
La modificación está pensada para perseguir por delitos de terrorismo iniciativas enmarcadas dentro de la ola de protestas que ha vivido España como, por ejemplo, Rodea el Congreso.
Pero hay otra piedra en el zapato del régimen. Porque a pesar de las amenazas de Rajoy, Cataluña ha celebrado en noviembre una consulta en la que se ha impuesto la opción de la independencia.
En octubre de 2016, un incidente en un bar de Altsasu despierta a la jauría mediática. La prensa del régimen eleva una refriega a la categoría de "kale borroka", es decir, a actos tipificados como terrorismo.
Una vez que los medios han dictado sentencia contra los jóvenes de Altsasu, la Fiscalía recurre al Código Penal "antiyihadista" para imputarles un delito de terrorismo.
Desde Altsasu hasta los CDR, la imputación de un delito de terrorismo no tiene más base jurídica que un Código Penal peligrosamente ambiguo y una interpretación jurídica en la que se imponen criterios políticos.
El desprecio del régimen hacia las leyes es tan escandaloso que la propia ONU amonestó a España dos semanas después de la firma del pacto antiyihadista. Incluso las Naciones Unidas pueden ver que la intención no es otra que liquidar la protesta social.
¿Tiene algún precedente el "pacto antiyihadista" de 2015? Sí, el "pacto antiterrorista" de 2000.
En el año 2000, de nuevo con el PSOE de comparsa de las políticas represivas del PP, Aznar plantea modificar el Código Penal para llevar a menores de edad ante la Audiencia Nacional por delitos de terrorismo e imponerles penas de hasta 10 años por ataques a mobiliario urbano.
Es en el año 2000 cuando Aznar introduce el delito de enaltecimiento que ahora se aplica contra tuiteros y raperos, en aquella ocasión creado expresamente para perseguir a jóvenes vascos.
Es en el año 2000 cuando Aznar propone acomodar el Código Penal para que aquello que en cualquier lugar de España sería castigado con multas por vandalismo, en el País Vasco conlleve largas penas de prisión por terrorismo.
Son esas leyes de excepción, por ejemplo, las que llevan a que alguien como Arkaitz Bellón muera en una celda a mil kilómetros de su casa después de haber pasado trece años preso acusado de atentar contra mobiliario urbano.
A pesar de la polémica, el Gobierno de Aznar decide seguir adelante con la reforma y dejar la decisión final en manos del Congreso.
Finalmente, la nueva reforma del Código Penal logra la aprobación de una mayoría holgada de la cámara. Y de aquellos polvos estos lodos.
Paradojas de la vida. El atentado contra Charlie Hebdo, que fue un ataque contra la libertad de expresión, se convirtió por obra y gracia del régimen en una excusa para fulminar la libertad de expresión en España.
En el segundo aniversario del "pacto antiyihadista", los peones del 78 se atrincheran en sus leyes de excepción.
Si existiera de verdad un pacto antiyihadista, los jueces perseguirían las alianzas con las dictaduras wahabistas y embargarían sus bienes.
Si existiera un verdadero pacto antiyihadista, hoy no tendríamos esta noticia en los periódicos, la Guardia Civil detendría a Felipe de Borbón y a Mariano Rajoy y los CDR estarían en la calle.
¿Qué es terrorismo?, dices mientras clavas
en mis costillas tu porra extensible.
¿Que es terrorismo? ¿Y tú me lo preguntas?
Terrorismo… eres tú.
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