Si miras a tu alrededor descubrirás un mundo que busca ser feliz, aunque no siempre encuentra cómo. El Evangelio de hoy tiene la respuesta: vivimos en una sociedad caníbal. Y te explico #HilosDelEvangelio #DomingoXX
La liturgia continúa con el discurso del pan de vida que llevamos varios domingos escuchando. Jesús se presenta como el pan vivo que ha bajado del cielo y nos dice que tenemos que comer de este pan para tener vida eterna
Claro, los judíos se llevan las manos a la cabeza. ¡Este tío está loco!, piensan. «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
La antropofagia es lo primero que se nos pasa a todos por la cabeza, pero obviamente Jesús nos está hablando en lenguaje parabólico
La comida es fundamental para vivir. El cuerpo humano necesita comer periódicamente para mantenerse, para sobrevivir
Pero, ¿Y el espíritu? ¿De qué se alimenta?
¿Cuál es el "combustible" de nuestro ser interior?
Nuestra VIDA se alimenta de deseos, de sueños, de anhelos; buscamos una meta. Quien deja de tener este combustible espiritual, no le encuentra sentido a nada, su vida se apaga, cae en depresión o incluso busca la muerte
Y si os fijáis, estos sueños y anhelos siempre se apoyan en los demás, en la gente que nos rodea
Queremos, sobre todo, que nos quieran. Que nos quieran nuestros padres, que nos quieran nuestros hijos, nuestros vecinos, nuestra jefa, nuestro marido...
Buscamos llenarnos con el amor de los demás. Nuestro espíritu, por tanto, "come" personas. Por eso decía al principio que somos una sociedad caníbal
Cada día necesitas "darle un bocado" a tu mujer (que te valore, que haga las cosas a tu gusto...), otro a tu hija (que deje ya el móvil de una vez, que sea más ordenada...), otro a tus amigos (que se rían de tus bromas, que te llamen para salir...), y así sucesivamente
¿Y qué ocurre? Que por más que tú te esfuerces, por más que le digas a tu marido cómo tiene que doblar su ropa para que no se arrugue, por más que trates de ser simpático con el borde de tu compañero de trabajo, ¡Nunca hacen las cosas como tú quieres!
Siempre estás frustrado, siempre acabas "con hambre". ¡No son verdadera comida!
"Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él", afirma Jesús
Continúa la enseñanza, pero ¿porque es tan complicada de entender? No le des muchas vueltas. Por ahora sigue leyendo y disfruta de lo que se te está regalando hoy
Jesús dice que lo que de verdad nos alimenta es su carne y su sangre (recuerda, es un lenguaje simbólico, que no te den arcadas)
-¡Eso es la Eucaristía!
-Muy bien, un aplauso al chico del fondo 👏👏👏
-Muy bien, un aplauso al chico del fondo 👏👏👏
Entonces ya está, voy a Misa, comulgo y, por una especie de magia, mi vida cambiará, y todo será:
Pero obviamente esto no pasa. Llevas 30 años yendo a Misa regularmente y sigues teniendo "hambre". Puede que incluso hayas dejado de ir, decepcionado, pensando que "ir pa ná es tontería"
Y me parece muy lógico
Pero a lo mejor es que no has entendido bien qué significa comer la carne y beber la sangre de Cristo
¿Cuál es la esencia de la vida de Jesucristo? ¿Cuál es el ingrediente principal de este plato?: La entrega de su vida, la donación absoluta, el amor sin límites...
O sea, que lo que Jesús te está diciendo hoy es que no seas necio, que no sigas buscando que los demás te den la vida, porque ellos no la tienen, aunque tú creas que sí
Continúa el Evangelio de hoy: "El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí"
El Padre "que vive", dice. O sea, que Él es el verdadero dueño de la vida. Y Jesús vive "por" Él y nosotros podemos participar "por" Jesús de esa vida eterna, de esa vida en Dios. ¡Ser como Dios!
Y eso se hace a través de nuestra donación, de nuestro servicio al prójimo...
Dejándonos comer por quienes nos rodean en lugar de ser nosotros los que peguemos los bocados experimentamos una cosa curiosa: se nos pasa el hambre. Estamos saciados
Porque el verdadero alimento es ser alimento
Y en cada Eucaristía podemos experimentar esta transformación
No es que el pan y el vino se disuelvan en nosotros y nos den una especie de "fuerza sobrenatural" como a Asterix su poción
Sino que comiéndolos, somos nosotros quienes nos convertimos en pan y en vino para la vida del mundo
De ti comerá tu suegra cuando te suelte una fresca, el socio que te engañó con aquel negocio, la de la frutería que siempre te mira mal...
Porque la gente tiene hambre y no sabe de qué. ¡Y es hambre de Dios! #FindelHilo
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