Toda la vida dedicada a despotricarlo, y cuando lo tiene delante le pregunta por un periodista que murió en una guerra a causa de un cañonazo de un carro de combate USA y a la que el Ejército español no envió ningún destacamento.
Yo te cuento lo que pasó con Couso, Rufián.
El 8 de abril de 2003, Couso se encuentra en la habitación 1.403 del hotel Palestina de Bagdad, donde se aloja buena parte de la prensa internacional. Está grabando, desde la ventana, una de las batallas de la toma de Bagdad. Tiene un plano perfecto del Tigris.
La compañía de la 3a División de Infantería del ejército USA se encuentra al otro lado del río, donde no paran de recibir granadas de mortero. La situación es grave, y detectan que el fuego enemigo está dirigido, ya que están haciendo blancos importantes.
Llegan a la conclusión de que hay un observador enemigo a la otra orilla del Tigris, más concretamente en el hotel. A las 11.55, el cañón de un tanque M1 Abrams apunta hacia el piso 15, justo encima de la habitación en la que se encuentra Couso.
Dispara un proyectil del 120.
Muere en el acto un periodista ucraniano. Couso es herido gravemente a causa de la metralla. Su compañero, Jon Sistiaga, le practica un torniquete y lo traslada rápidamente al hospital Ibn Nafis. Le operan durante dos horas. Todo parece ir bien.
Pero diez minutos después de ser trasladado a la UVI tras la operación, fallece a causa de un fallo respiratorio. Trágica muerte. Como la de tantos corresponsales de guerra que caen haciendo una gran labor.
Aznar no mató a Couso, Rufián. Ni siquiera lo hizo nuestro Ejército. No intervino en esa guerra más allá de un destacamento de 2.000 soldados al mando de la ONU como fuerza de estabilización, junto a otros cincuenta países.
¿Qué quieres que les diga Aznar a los padres de Couso más que dedicarles un respetuoso silencio? Porque ellos y su hermano sí han hecho de la muerte de Couso una absurda y nauseabunda lucha política contra Aznar. Y los políticos carroñeros que os habéis añadido.
Que lo hagan los familiares para aligerar el dolor generado por su pérdida es hasta comprensible. Que lo hagas tú para poder tuitearlo luego y ser jaleado por tus perros es vomitivo y triste. Y sobre todo ridículo. Tú y tus proclamas.
Berlín, agosto de 1933.
En Alemania, la sociedad está dividida en dos, los Volksgenossen (amigos de la nación), y los Gemeinschaftsfremde (los "añadidos": judíos, gitanos, discapacitados...).
Gustav Schoelinger, judío alemán, regenta una cafetería en el 20 de Taubenstrasse.
Las políticas activas del gobierno contra los judíos ya se hacen patentes. La discriminación y la agresividad de muchos Volksgenossen contra negocios judíos son cada vez más intensas. Normal: ¡llevan años oyendo que todos los problemas de Alemania son culpa de los judíos!
El día 30 de agosto, a las diez de la noche, Gustav se dispone a cerrar la cafetería. Ha sido un día duro, como todos. Pero últimamente lo son más. Los ánimos están crispados. No falta quien le insulta o le recrimina su condición de judío. Él agacha la cabeza y sigue a lo suyo.
Siguiendo con mis entregas de #MemoriaHistórica, en este hilo voy a descender al detalle, porque el detalle es muy importante. Contextualiza y personifica las escenas. Ayuda a empatizar.
Se llamaba Prudencia Cañellas Ginesta. Les invito a conocerla.
Prudencia nació en un pueblecito llamado Sant Celoni, en la provincia de Barcelona, el día 5 de agosto de 1884, a las siete y media de la mañana. Nació en su casa, como era costumbre, en la calle de la Estación, hoy calle Esteve Magas, esquina con calle San Martín.
Su infancia transcurrió en su pueblo natal, junto a su hermana María, cuatro años mayor. Fueron compañeras de juegos y escuela, y más adelante lo fueron como catequistas en Barcelona. María ingresó como religiosa en el Císter.
Me apetece escribir algo sobre memoria histórica. Así que empezaré con este hilo, y si veo que gusta, si les parece bien iré haciendo alguno más.
Hace poco se conmemoraron los 82 años del asalto al Cuartel de la Montaña, así que vamos allá. A ver qué tal. #LaSilenciosaCat
El Cuartel de la Montaña era una edificación militar que se encontraba en Madrid, en la montaña del Príncipe Pío, cerca de la calle Ferraz. Albergaba tres destacamentos: zapadores, infantería y brigada de alumbrado. Unos 2.000 hombres.
Estamos en julio de 1936. Sábado, día 18.
El barullo en Gobernación es continuo. Se producen comunicaciones con todos los cuarteles y aeródromos de España para confirmar la lealtad a la República. En África se ha levantado el ejército, y todo indica que se producirá un efecto dominó en la península.
Ignoro si en el resto de España se han puesto de moda, como en Cataluña, el tema de las batucadas. Para los que no lo sepáis, una batucada es esta cosa que sale en el vídeo.
Hablemos de las batucadas, por qué no. Vamos allá.
Creo acertar si digo que el origen de las batucadas en Cataluña lo sitúo en el año 2002. ¿Qué pasó? Que Brasil ganó el Mundial. Las calles de Barcelona se inundaron de grupos de alegres brasileños percusionando a ritmo de samba con tambores, latas, cajas. Hasta aquí bien.
A estos grupos improvisados se fueron uniendo todo tipo de gentes variopintas: fiesteros, perroflautas, turistas borrachos, punks, hippis, en fin, lo mejor de cada casa.